Un grupo de vecinos se concentra en la Plaza Congreso de nuestra comunidad. Un desprevenido pregunta “Che que pasa que hay gente reunida”. Otro más informado quizás responde, le trae chapas la intendenta, ya hicieron el cambio de domicilio.
Idéntico proceder de esta dirigente se repite en otros parajes de nuestro territorio La Esperanza, Palo Seco, Tres Pozos, etc. etc. etc.
Esto que citamos y que no es desconocido por ningún habitante de La Madrid nos interpela sobre muchos aspectos. El primero y quizás el mas relevante es que esta practica esta penada por la ley. La Ley Electoral de la Provincia es clara y establece penas de hasta prisión para quien la fomente y para quien la practique.
El segundo aspecto que nos parece que este hecho nos muestra es la degradación de la política, que para muchos debería ser la herramienta de transformación social de los pueblos. Hoy, lo que nos enseña es la práctica política como estrategia de degradación de la dignidad del que mas necesita.
Un aspecto no menos importante deja ver el nivel de ingenuidad de quienes venden la voluntad y la esperanza a quienes ya demostraron tener poca memoria después del voto. Reiteramos ahora la pregunta que nos hacíamos ya en otros editoriales, alguien en su sano juicio cree que algún dirigente que no es de nuestro pueblo realmente trabajará por la situación social local.
Otro punto. La ley de Municipios de la provincia y la Ley de Comunas Rurales establece las funciones de las mismas. Además, normas complementarias establecen los limites sobre los cuales ejercen la competencia los gobiernos locales. No pueden, al menos que violen la ley, una Intendente de cualquier ciudad pretender gobernar donde los vecinos ya eligieron a sus propias autoridades. Si esto no es claro, lo que queremos decir es que La Madrid tiene autoridades elegidas y ……
Pero si alguien piensa que esto solo afectará a nuestro pueblo, es que todavía no reparó en el hecho de que lo que se está gastando en esto se hace con dinero que pertenece a los vecinos de la ciudad vecina. Es decir, lo que aquí se reparte, seguramente no será invertido en superar los problemas sociales de los sectores mas vulnerables de la ciudad de origen.
Podríamos seguir este análisis desgranando muchos otros elementos que solo nos dejarían en evidencia la debilidad y vulnerabilidad que muestra la comunidad madrileña. Otro aspecto que nos debería llamar a la reflexión, esta tierra supo dar dirigentes políticos y sociales de envergadura y destacada actuación en la política provincial. Hoy ya no somos capaces ni tan siquiera de hacer honor a esa rica historia. Lamentable.